domingo, 31 de agosto de 2025
Dos palabras para un reportaje
Entrevisté a Alejandra Pizarnik inmediatamente después de que ella ganara el primer premio en el concurso a la producción literaria de 1965 por “Los trabajos y las noches”, organizado por la Municipalidad de Buenos Aires. Este reportaje fue publicado en 1966 en un diario de Rosario de escaso tiraje, ya desaparecido. Tanto las preguntas como las respuestas fueron hechas por escrito, de manera que la palabra de la poeta se presenta sin ninguna alteración.
Alberto Laguna: ¿Sabe realmente cuándo comienza a escribir un poema, en otras palabras, cree en la inspiración?
Alejandra Pizarnik: No puedo creer en la “inspiración”. Pero no se trata de una creencia sino de asistir a una evidencia.
A.L.: ¿Cómo “trabaja” o “siente” la poesía que hace?
A.P.: Casi siempre trabajo mis poemas a larga distancia. Me importa mucho el rol de la noción de distancia en la compleja relación autor-poema. Pero distancia, en lengua argentina, suele equivaler a frialdad. Ignoro el sentido de este término y agrego que necesito más inspiración (o como quiera llamarse) para trabajar un poema que para alumbrarlo (verbo más adecuado a la segunda etapa, la del trabajo, que no conviene llamar trabajo por su connotación utilitaria). No sé qué otro término podría emplearse pero yo hablaría de intento de curación o de reparación del poema, lo cual no tiene relación alguna con el acto aplicado y escolar de corregir cuartillas con fines de perfección externa de eso que llaman forma.
A.L.: ¿Qué significan para Usted los premios?
A.P.: Una cierta suma de dinero. En cuanto a los premios honoríficos, o sea sin billetes, les quito todo derecho de autodenominarse premios.
A.L.: ¿Cómo ve el panorama literario argentino?
A.P.: No logro verlo. En cambio, vislumbro el panorama literario latinoamericano: Vale la pena frecuentarlo.
A.L.: ¿Qué nombres marcarían el siglo XX literario?
A.P.: Kafka, Breton, Joyce, Sigma
A.L: ¿Se atrevería a definir la poesía?
A.P.: No. No me atrevería.
A.L.: ¿Habría diferencia entre “lo poético” y “lo literario”?
A.P.: Hay inmensas diferencias. El sol es poético y no es literario. Cualquier objeto y cualquier sujeto puede ser poético sin ser literario. Por otra parte, hay que distinguir entre lo poético y el poema, como así también entre lo literario y la literatura. O sea, lo poético y lo literario son atributos inmanentes de sujetos y objetos variados. La alquimia poética o la alquimia literaria puede hacerlos “visibles” como diría Paul Klee, y es esta una de las razones por las que la poesía y la literatura son apasionantes.
A.L.: ¿Qué le preocupa más cuando da a conocer un libro de poesías?
A.P.: Cuando doy a conocer un libro de poesías nada me preocupa porque me alegra demasiado la perspectiva de quitarme de encima el peso de mis poemas, tan livianos cuando dejan de ser míos o inéditos y cuando algún lector privilegiado los asume y, así, me ayuda a compartir el terrible peso de la palabra solitaria, que deja de serlo gracias a esta operación maravillosa como es el encuentro entre un lector y un poema.
A.L.: ¿En qué está trabajando actualmente?
A.P.: Estoy esperando que sea octubre para ver publicado por Sudamericana mi sexto libro de poemas: “Fragmentos para dominar el silencio” (1). Entretanto, trabajo en poemas nuevos (creo que nuevos en todos los sentidos de esta palabra ambigua) que constituirán un séptimo libro de poemas. Aún no tiene título pero yo lo llamo “J.B.” por Jerónimo Bosch (algunos poemas se relacionan con dos cuadros de él). En fin, ignoro si se trata de un libro o de una prueba en el sentido trágico y antiguo, cuando el destino probaba a una criatura humana infligiéndole alegrías y desdichas peculiares. Pero prefiero no seguir hablando de lo que aún no es.
Notas:
(1) “Fragmentos para dominar el silencio” volumen que luego llevó por título “Extracción de la piedra de locura” (Sudamericana, 1968).
(2) “J.B.” es posible que sea “El infierno musical” (Fondo de Cultura Económica, México, 1971-72). Ambos títulos aluden a obras del pintor flamenco.
domingo, 27 de julio de 2025
Peppermint Patty y Charlie Brown
"Te amo, Chuck" dijo Peppermint Patty. Charlie Brown, sentado en el mismo árbol que ella, se quedó perplejo, sin decir nada. Ya lo sabía, pero, ¿qué iba a hacer? Sabía que ella, la pimentosa Patty, estaba al tanto de que a él le gustaba cierta muchachita pelirroja.
"Voy a repetir el curso otra vez, quizá el año que viene no pueda seguir siquiera en la misma escuela", mencionó Patty. "Marcie intentó ayudarme, pero no hubo caso."
"La vida no es para todos", acotó Charlie Brown, pero en seguida se arrepintió. Aunque llevaba pensando eso hace mucho tiempo. "¿Qué te gusta de mí, Patty? Nunca gané un partido de baseball. Ayer perdimos 99 a 0. Lucy siempre me quita el balón de foot-ball americano cada vez que quiero patearlo. Sé que lo hará y sin embargo lo sigo intentando..."
Pero a Patty no le importaba eso. "Eres sensible, Charlie Brown. Me atraes y no puedo decir por qué. Soy muy bruta. Pero te amo."
Charlie Brown se ruborizó un poco. ¿Cuándo fue la última vez que alguien le dijo algo lindo?
Patty se acercó y lo besó. "Vamos a mi casa, Chuck-Chuckles". Peppermint Patty siempre le ponía sobrenombres ridículos.
"Marcie también te ama. No quiero que la dejemos fuera. Pero ahora te necesito para mí sola. Estoy un poco triste... y excitada."
domingo, 20 de julio de 2025
Viviana
Ordenó a traer a Viviana Canosa a la Casa Rosada. La ex panelista del infame Jorge Rial pensó que consiguió una audiencia para narrar mentiras y felar la pichula presidencial. Pero no.
Al entrar en una sombría habitación con decoración canina con ribetes reptilianos, el Presidente le pegó un cross en la mandíbula y luego un uppercut a la zapán. Estaba disfrazado de Tralalero Tralalá. Viviana no entendía nada, pero su principal interés era volver a recuperar la respiración. Tosió sangre. Y después de una patada en los dientes, vió las estrellas.
Viviana inconsciente en el piso, siguió recibiendo patadas como lo hubiese hecho un bolso de pelotas de volleyball atacado por un hombre adulto en traje de Tralalero Tralalá furry cosplay.
Ya relajado, Javier se fue a dar una ducha y se dejó acariciar por su hermana en el jacuzzi. A Viviana Canosa, lo que quedaba de ella, la arrojaron al chiquero secreto bajo la Casa Rosada, donde los gobiernos desaparecían evidencias gracias a los hambrientos porcinos que se papeaban los cadáveres desmembrados de las y los periodistas desaparecidos.
sábado, 28 de junio de 2025
Amigues ‑ Made with FlexClip
Concluída la trifulca con el saldo de diez ancianos muertos y un policía devorado posteriormente en una olla de polenta popular, Gregory le robó un beso a Matías."¿Qué hacés, boludo?" inquirió Matías ruborizado.
Pero luego, para sorpresa de todas y todis, descendió agachándose hasta que su boca ganó el ombligo de Gregory.
"Me hiciste calentar, boludo. Te voy a chupar a vos y a tu pija, boludo".
El flaco, ruborizado y sin mirar al grueso rubio, le bajó el pantalón y el calzoncillo tipo bóxer marca KEVINGSTON.
"¡Uh, qué copado!" celebró Grégory, que ya estaba al re palo.
Carlitox apareció flotando malherido. Tras verlos rió "¡Jo jo jo!" y se le desprendieron algunas piezas dentales. Su vuelo errático presagiaba lo peor.
Carlitox cayó muerto sobre la vereda.
El viejo todo golpeado, se escuchó a lo lejos. Alguien le preguntó cómo había sobrevivido a los gases, los golpes y los camiones hidrantes.
"Tengo chaleco, viteh".
sábado, 29 de marzo de 2025
Amor ratonil
Era una noche oscura y tormentosa cuando los científicos decidieron inocular al simpático e inocente Pinky con feromonas de Piper Perri ratona.
Y bombardearon la próstata de Cerebro con testosterona enviagrada de Mandingo radiactivo.
Pinky no sabía cómo esquivar las embestidas de su socio cabezón y roedor.
Cerebro no tenía UN GRAN CALIBRE, pero Pinky estaba cansado de tanta fricción.
"Oye, Cerebro, ¿qué vamos a hacer esta noche además de tener sexo?"
"No sé tú, pero yo haré lo que hago todas las noches de un tiempo a esta parte, Pinky: Deslactosarme en tu ano."
Los científicos habían estado probando diversos lubricantes ratoniles para luego ensayarlos en cobayos humanos, como por ejemplo, en el Maestro Splinter de las afamadas Tortugas Ninja.
Pero si bien Pinky sólo se dejaba hacer ante los embates de su férreo compañero, se alejaba para llorar.
"¿Por qué lloras, Pinky?", inquirió Cerebro.
"Tú sólo me usas para saciar tu lujuria, Cerebro. Tú no me amas... ¡nerf!", gimió un inconsolable Pinky.
martes, 24 de diciembre de 2024
Si es para ahorrar...
Te voy a ahorrar tres meses de terapia diciéndote algo simple.
La última cara que te mostró es lo que realmente es. Y con eso te tienes que quedar.
Las buenas acciones no compensan un adiós cruel. Lo que te mostró al final es lo más sincero de su ser.
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