miércoles, 22 de abril de 2020

Alain De Botton




La persona emocionalmente inteligente sabe que el amor es una habilidad, no un sentimiento, y requerirá confianza, vulnerabilidad, generosidad, humor, comprensión sexual y resignación selectiva. 

La persona emocionalmente inteligente se concede el tiempo para determinar qué le da sentido a su vida laboral y tiene la confianza y la tenacidad para tratar de encontrar una acomodación entre sus prioridades internas y las demandas del mundo.






La persona emocionalmente inteligente sabe esperar y ser agradecida, mientras se mantiene firme ante la estructura esencialmente trágica de la existencia. 






La persona emocionalmente inteligente sabe que solo será mentalmente saludable en algunos momentos.

Y luego todo se va a la pucha.