Captive Bolt Pistol. |
El Negro Leite trabajó un breve lapso de tiempo en un matadero en Mar del Plata y necesitaba un afiche afable para que la gente trajera sus mascotas mustias y marchitas a su local.
Un roquero dibujante de la localidad le llevó unos bocetos y en media hora El Negro Leite tenía un afiche genial:
Vaya humor negro. |
El letrero, elegante y explícito, mostraba a una suerte de caniche de gran hocico —algunos piensan que se trata de un terrier— que fue asaltado por egresados de colegio secundario que le ensayaron un bukkake y la dueña no quiso lavarlo.
Es tan triste todo... |
El artista plástico era artista en otro rubro: La música heavy —pesada, digamos—. El Negro Leite asistió a una performance de la banda Maltrip que entusiasmó a la audiencia. Juan, el vocalista, vio que entre el público estaba El Negro Leite y lo invitó a cantar unos temas.
El negro se robó el show. |
El público ovacionó de pie. El Negro Leite tenía el registro vocal de Bobby McFerrin y rapeaba como Sir Mix-a-Lot. Juan sintió que su puesto peligraba, el fervor del público era total.
La banda se separó al otro día y Juan tuvo que volcarse a la gráfica, dejando a la música resignada a un segundo plano.
Una página de cómic de Juan. |
Al salir del show, un trapito tuvo la infortunada idea de prepotear al morocho cantor, que no dudó en agarrar del cuello al pauperizado extorsionador y sacrificarlo con su Captive Bolt Pistol. El público volvió a ovacionar.
El recordado Negro vive hoy plácidamente en Uruguay y no planea volver a nuestros inflacionados pagos...