El arte provoca por su propia naturaleza. Provoca estados de ánimo; el más valioso: conmueve.
Cuando es bueno, nos saca de los temas de todos los días y nos devuelve a nuestra dimensión temporal y humana. También da un poco de miedo. Los artistas provocan y, a veces, escandalizan. Algunos a propósito, otros por la naturaleza de su trabajo. El arte es sin dudas incómodo, porque trabaja sobre todos los temas que preferimos obviar:
- la belleza (y su pérdida),
- el poder,
- la muerte.
En ese camino busca siempre su nuevo límite en su campo, que es el de la forma; eso implica trascender o romper con la anterior... y la forma anterior es sobre todo el buen gusto establecido, el "buen gusto".
Eleonora Jaureguiberry.